Sábado 1ª semana Tiempo Pascual

San Celestino, Santa Juliana

Primera lectura: Hechos 4, 13-21

No podemos menos de contar lo que hemos visto y oido.
 


Salmo: 117, 1 y 14-15. 16-18. 19-21

R/. Te doy gracias, Señor, pues me has escuchado.
 


Evangelio: Marcos 16, 9-15

Jesús resucitó el primer día de la semana, muy temprano, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había expulsado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a los que habían convivido con Jesús, que, llenos de tristeza, no cesaban de llorar. Así que, cuando les dijo que Jesús vivía y que ella misma lo había visto, no la creyeron.
Después de esto, Jesús se apareció, bajo una figura diferente, a dos discípulos que iban de camino hacia una finca en el campo. Estos fueron a anunciárselo a los demás, que tampoco les dieron crédito.
Por último se apareció a los once discípulos, cuando estaban sentados a la mesa. Después de reprocharles su incredulidad y su obstinación en no dar fe a quienes lo habían visto resucitado, les dijo:
—Vayan por todo el mundo y proclamen a todos la buena noticia.

 


Reflexión:

Este final canónico del Evangelio de Marcos insiste en subrayar la resistencia inicial de los discípulos a aceptar la resurrección. Y es que no fue fácil creer en la resurrección, y tampoco hoy lo es. ¡Hay tantas pruebas en contra! Jesús se hace presente y les saca de dudas, confiándoles una misión. Aceptemos el testimonio del Resucitado y la misión que nos encomienda. La afirmación de la resurrección de Cristo no puede ser solo una afirmación extrínseca -referida a Cristo-, sino una constatación intrínseca -que afecte a cada uno-. ¿Nos afecta y cómo? “Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba” (Col 3,1). “En esto sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, si amamos a los hermanos” (I Jn 3,14). Aquí tenemos dos criterios de resurrección: la búsqueda de las cosas de arriba -la voluntad de Dios-, y el amor fraterno.
 


  • Compártelo!