Jueves 1ª semana Tiempo Pascual

San Benito de Palermo

Primera lectura: Hechos 3, 11-26

Matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos.
 


Salmo: 8, 2a y 5. 6-7. 8-9

R/. Señor, Dios nuestro,
¡qué grande es tu nombre en la tierra entera!

 


Evangelio: Lucas 24, 35-48

En aquel tiempo, los discípulos contaban lo que les había sucedido en el camino y cómo habían reconocido a Jesús cuando partía el pan.
Todavía estaban hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y les dijo:
—¡La paz sea con ustedes!
Sorprendidos y muy asustados, creían estar viendo un fantasma.
Pero Jesús les dijo:
—¿Por qué se asustan y por qué dudan tanto en su interior? Miren mis manos y mis pies: soy yo mismo. Tóquenme y mírenme. Los fantasmas no tienen carne ni huesos, como ustedes ven que yo tengo.
Al decir esto, les mostró las manos y los pies. Pero aunque estaban llenos de alegría, no se lo acababan de creer a causa del asombro.
Así que Jesús les preguntó:
—¿Tienen aquí algo de comer?
Le ofrecieron un trozo de pescado asado, que él tomó y comió en presencia de todos.
Luego les dijo:
—Cuando aún estaba con ustedes, ya les advertí que tenía que cumplirse todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés, en los
libros de los profetas y en los salmos.

Entonces les abrió la mente para que comprendieran el sentido de las Escrituras. Y añadió:
—Estaba escrito que el Mesías tenía que morir y que resucitaría al tercer día; y también que en su nombre se ha de proclamar a todas las 
naciones, comenzando desde Jerusalén, un mensaje de conversión y de perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todas estas cosas.
 


Reflexión:

¿Por qué surgen dudas en vuestro interior?” Dudar era lo más lógi co. Y dudar no es malo, es hasta necesario, pero no basta con dudar: hay que salir de dudas. Jesús les saca a sus discípulos mostrándoleslas manos y los pies atravesados por los clavos. La cruz no es obstáculo para creer, sino el criterio para verificar la verdad del Resucitado. “¿Por qué surgen dudas en vuestro corazón?”. Una buena pregunta. Si a los de Emaús les abrió los ojos al partir el pan; ahora es la cruz: “Vez mis manos y mis pies” La Resurrección no oculta la Cruz. Frente a la tentación de “espiritualizarla” a la griega, el evangelio quiere “materializarla”, es decir
afirmar su integralidad: es todo Jesús el que murió y resucitó. Las señales de la verdad de la resurrección son las de la pasión; esas marcas son eternas y le recordarán permanentemente al Señor su amor por nosotros. Y alimentarán nuestra esperanza.

 


Libro recomendado: Pasión e historia del Cristo de Medinaceli


  • Compártelo!