El primer piso se destinará a los dormitorios, exceptuando una habitación que hay en la planta baja para personas con dificultades de movilidad. “Y arriba distinguimos dos tipos de habitaciones: las que tienen un baño individual, para peregrinos que buscan un poco más de intimidad o comodidad, y otras con baños compartidos”, explica.
El ala oeste cuenta con una decena de habitaciones con dos camas y baño individual, mientras que el ala este tiene otras siete habitaciones, unas con literas y otras con camas, con baños compartidos: unos para hombres y otros para mujeres. “Tampoco son habitaciones para mucha gente. Hay de dos personas, de tres, y una de seis con literas, como obliga la normativa”, dice.
También desde esta planta hay acceso directo al coro de la iglesia de Rocamador, donde los peregrinos “podrán rezar, reflexionar o leer un libro con tranquilidad. Cada peregrino tiene una motivación diferente, incluso hay quien empieza con una y termina con otra”, apunta Barandalla, quien dice que la iglesia también se abrirá en un horario limitado a todos los vecinos de Estella y que los frailes oficiarán misas con regularidad. De momento, falta por colocar la talla de la Virgen, del siglo XII-XIII, que está siendo restaurada.
También turístico Por su parte, en la planta baja del edificio, que data de principios del siglo XX tras la cesión de los terrenos a la Orden en 1899, solo se ha habilitado la zona de recepción con baños y oficina, y el ala este, dejando la otra para futuros usos. En la zona en la que se han realizado obras se han instalado los servicios: un salón-biblioteca, un comedor y una cocina para uso de los peregrinos. También se ha adecentado la cocina del viejo convento, que utilizarán los gestores. “De momento, la idea es dar desayunos, y quizá en el futuro podamos ofrecer también comidas, aunque los propios huéspedes tendrán una cocina para su uso particular”, añade.
Estos además tendrán acceso directo a los caminos privados que tienen el convento y a las huertas, que los Capuchinos cedieron a un grupo de jóvenes que habían formado una cooperativa agroecológica para que las trabajen. Allí en el exterior, en una construcción de madera, también se ha habilitado una zona de lavandería y donde podrán tender la ropa.
Un entorno el de este albergue sin duda privilegiado para quienes se hospeden allí. Y es que, además de dar un servicio en pleno Camino Jacobeo, los Capuchinos, promotores de ese proyecto, quieren que sea “un espacio para potenciar la espiritualidad, ya sea a través de actos religiosos, del contacto con la naturaleza... “. También buscan que sea un servicio abierto a Estella y sus vecinos, organizando conferencias, conciertos, exposiciones, etc y que sirva, cómo no, para potenciar el Camino.
Aunque los peregrinos serán la prioridad de este hospedaje, también se va a solicitar la catalogación de albergue turístico, de forma que en los meses más flojos de caminantes pueda abrirse a cualquier visitante.
De momento, y a falta de pocos días para que el albergue eche a andar, no han concretado el número de personas que se encargarán de la gestión del que será el cuarto para peregrinos de la ciudad del Ega, aunque con un concepto un tanto diferente.
Publicado en "Noticias de Navarra" -Diario de Noticias.