Mayo, mes de la Vida

Hace 800 años Francisco de Asís escribió el Cántico de las Criaturas o Cántico del Hermano Sol. Es expresión de esa fe que une al ser humano con las criaturas por ser todo obra de Dios.

Mayo, mes de la Vida


Hace 800 años Francisco de Asís escribió el Cántico de las Criaturas o Cántico del Hermano Sol. Es expresión de esa fe que une al ser humano con las criaturas por ser todo obra de Dios. No podemos dejar pasar el mes de mayo sin hacer referencia a él, del que destacamos en este mes una de sus estrofas: 

“Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la madre tierra que nos sustenta y 
gobierna y produce distintos frutos con flores de colores y hierbas"

Para Francisco la tierra es la hermana que se relaciona como madre. Francisco sabe que la tierra nos sustenta, nos gobierna y produce. Tres acciones que explican su carácter maternal, su capacidad de amparo, educación y alimento, acciones y tareas típicas de la madre. 

En la tierra está la vida.
La percibimos de manera especial en mayo. Al llegar la primavera en esta zona del mundo en la que estamos se da un estallido de flores que llenan de colores y fragancias cualquier lugar. Este fenómeno natural ha dado pie para que mayo sea el "mes de las flores". El mes de la renovación, la belleza y la vida que resurge después del invierno y que llena de naturaleza parques y campos. La primavera lluviosa crea en el mes de mayo una naturaleza florida. Vuelve a reverdecer y brotar todo lo que había quedado muerto bajo el frío del invierno. No en vano afirma el refrán: “marzo ventoso y abril lluvioso, sacan a mayo florido y hermoso”.

En la tradición cristiana, mayo es el mes dedicado a la Virgen María, la madre de Jesús.
Ese reflejo de la belleza de la naturaleza en flor también nos recuerda a María: su belleza y su respuesta a Dios. Junto a ella celebramos también un día, el de la madre, a quien agradecemos la vida, el cuidado, la protección…

Cada vez somos más conscientes de la conexión profunda que ha de existir en nuestra vida entre la humanidad y la naturaleza.
Por eso también la floración que se da en el mes de mayo es crucial para el medio ambiente. Es vital para los ecosistemas, proporcionando alimento y hábitat para una serie de insectos, como abejas y mariposas, que con el polen, juegan un papel esencial en la producción de alimentos y la biodiversidad.

El florecimiento en mayo también es un recordatorio de la importancia de proteger nuestros ecosistemas naturales. La belleza de las flores no es únicamente para nuestro disfrute, sino que además nos conecta con la necesidad de conservar el medio ambiente para futuras generaciones. 

Mayo, el mes de las flores, es una celebración universal de la belleza, la vida y la renovación.
En un mundo donde el medio ambiente enfrenta numerosos desafíos, mayo nos invita a admirar, proteger y celebrar la flora que enriquece nuestra existencia.

Fr. Benjamín Echeverría, OFMCap

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