El besapié al Cristo de Medinaceli 2025: una jornada de fe que ni la lluvia pudo detener

Hace ahora una semana que Madrid volvía a rendirse ante Jesús de Medinaceli en el tradicional Besapié del “Primer Viernes” de marzo.

El besapié al Cristo de Medinaceli 2025: una jornada de fe que ni la lluvia pudo detener

 

Hace ahora una semana que Madrid volvía a rendirse ante Jesús de Medinaceli en el tradicional Besapié del “Primer Viernes” de marzo. A pesar de la intensa lluvia que acompañó durante toda la jornada, miles de fieles se acercaron hasta su Basílica para venerar la imagen del Cristo de Medinaceli. Desde la medianoche, cuando se abrieron las puertas, hasta bien entrada la madrugada siguiente, la fila de devotos se mantuvo constante, desafiando el frío y la lluvia con una fe inquebrantable.


Una ciudad que se postra a los pies del Señor
Desde primera hora de la madrugada, los fieles fueron llegando a la Basílica de Jesús de Medinaceli para cumplir con la tradición. Algunos lo hacían por primera vez, otros llevan décadas viniendo año tras año. "Es un día único, algo que llevo en el corazón", decía emocionada una mujer que había esperado horas bajo el paraguas para besar los pies del Cristo. "Jesús de Medinaceli nunca me falla", expresaba otro devoto que había esperado días para poder acceder al templo y realizar esta tradición del primer viernes de marzo.



Y es que, como bien recuerda el hermano Benjamín Echeverría, superior de la Basílica, “el viernes es día creador de historias de una gran fidelidad, trasmitida de generación en generación, en torno a la figura de Jesús de Medinaceli. Es expresión de la apuesta por la cultura del encuentro, que ayuda a las personas a reunirse mutuamente y con Dios”. 

El flujo de devotos fue incesante. Aunque algunos viajes organizados desde fuera de Madrid tuvieron que cancelarse debido a las condiciones meteorológicas, la afluencia de fieles fue notable. Los Capuchinos, guardianes de la Basílica, y la Archicofradía de Jesús de Medinaceli trabajaron sin descanso para que todo se desarrollara con normalidad, facilitando la entrada y organizando la liturgia.

Tres visitas institucionales destacadas
Como es tradición, el Besapié contó con la presencia de destacadas autoridades. A las 9:40 h, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, visitó la Basílica y realizó su veneración ante el Cristo de Medinaceli. "Pido al Cristo por Madrid, por los madrileños y para que cada día seamos mejores como sociedad", expresó el Alcalde.

A las 11:20 h, la Casa Real estuvo representada en el acto con la visita de Su Majestad el Rey Felipe VI. A las puertas de la Basílica, D. Felipe fue recibido por Carlos Coca, superior provincial de los Capuchinos de España, y por Benjamín Echeverría, superior de la Basílica y guardián de la fraternidad capuchina. 
El monarca, cumpliendo con la tradición que ya han seguido otros miembros de la Familia Real, y que él realiza por tercera vez y segunda consecutiva, se arrodilló ante la imagen y depositó su beso en los pies del Cristo, en medio de vítores y aplausos de los fieles congregados en la Basílica. "Es un gesto que demuestra la importancia y el arraigo de esta devoción en nuestra historia", afirmaba uno de los asistentes.




 


Ya por la tarde, a las 19:00 h, el Cardenal Arzobispo de Madrid, D. José Cobo, presidió la Misa Solemne en un templo abarrotado. En su homilía, recordó la importancia de "dar la mano a los otros" y de vivir la fe no solo en la veneración al Cristo, sino en el compromiso con los más necesitados.

 

  


La entrega de los que sirven
Durante toda la jornada, y mientras los fieles aguardaban pacientemente su turno en la fila, dentro y fuera de la Basílica, los miembros de la Archicofradía y los Hermanos Capuchinos trabajaron incansablemente. "Hoy, por Ti seré tus pies", se leía en las camisetas de los miembros de la Archicofradía que colaboraban en la organización de la jornada.

Un cierre cargado de gratitud
El Besapié se prolongó hasta que pasó la última persona de la fila, ya bien entrada la noche. Como es tradición, los sanitarios y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que habían estado toda la jornada velando por el correcto desarrollo del acto, fueron los últimos en venerar la imagen.

Al día siguiente, el Cristo de Medinaceli volvió a su Camarín. Aunque el “Primer Viernes” de marzo es su día más esperado, no es la única ocasión en la que los fieles pueden acudir a Él. Cada primer viernes de mes, el Cristo de Medinaceli espera a todo el que quiera acercarse, recibir su mirada y depositar en Él su oración.

Además, en unas semanas, Jesús de Medinaceli recorrerá las calles de la ciudad en su procesión del Viernes Santo, recordando a todos que su presencia trasciende las paredes de la Basílica, como recordaba el Hno. Benjamín Echeverría: "el primer viernes de marzo, Madrid viene a ver a su Cristo, y el Viernes Santo, el Cristo sale a ver Madrid y a los madrileños". 

 

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