El concierto inaugural del órgano restaurado de la Basílica de Medinaceli: Una noche de música y espiritualidad
El pasado sábado, la Basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli de Madrid vivió un evento trascendental con la inauguración y bendición solemne del órgano restaurado de la basílica.
Con una gran afluencia de público, que superó todas las expectativas, se tuvo que colocar el cartel de "Aforo Completo" en las puertas, marcando el interés y la emoción que generó este evento tan esperado. El acto, que fue retransmitido en directo por streaming, no solo celebró la restauración de un instrumento musical, sino también la renovación espiritual de la comunidad.
Un acto de bienvenida y un inicio solemne
El evento comenzó con 15 minutos de retraso, debido al gran número de asistentes que se congregaron para ser testigos de esta histórica inauguración.
El saludo y la bienvenida a los presentes estuvo a cargo del Hermano Benjamín Echeverría, guardián de la Fraternidad, quien, emocionado por la gran afluencia, expresó: "Este evento no solo celebra un instrumento musical restaurado, sino también la renovación de nuestra fe y nuestra comunidad. Estamos agradecidos por la presencia de todos ustedes y por el apoyo que ha hecho posible este sueño".
A continuación, se dirigió a los asistentes Wendelin Eberle, director general de la casa Rieger-Orgelbau, artífices de la restauración del órgano. En sus palabras, Eberle subrayó la importancia del proyecto y el trabajo de colaboración entre la casa Rieger y los Hermanos Capuchinos para devolverle su esplendor a un instrumento tan valioso para la Basílica. "Ha sido un honor colaborar en la restauración de este órgano, que es un verdadero tesoro para la música sacra. Hoy, vemos los frutos de un esfuerzo conjunto que renueva este patrimonio para las generaciones futuras".
La ceremonia de bendición
La ceremonia de la bendición del órgano fue llevada a cabo por el Hermano Carlos Coca, provincial de los Hermanos Menores Capuchinos en España. En esta parte solemne del acto se invocó al Espíritu Santo a través del Veni Creator, y Carlos Coca pronunció la oración de bendición. A continuación, se bendijo el órgano con el incensario mientras los asistentes escuchaban la canción "Señor, hazme instrumento de tu paz", a cargo del Coro Dulcimer, que llenó la Basílica con sus melodiosas voces y enmarcó el momento de la bendición.
Un concierto memorable
A continuación, dio comienzo el esperado concierto inaugural, a cargo del organista titular Jesús Ruiz, quien fue presentado brevemente por el Hno. Benjamín Echeverría. El programa incluyó un repertorio impresionante, que se interpretó con la colaboración del Coro Ensemble Quadrivium.
Las obras ejecutadas fueron:
- Carillon de Westminster de Louis Vierne.
- Impresión Teresiana de Eduardo Torres.
- Passacaglia en Do menor BWV 582 de Johann Sebastian Bach.
- Plegaria de José Antonio Donostia.
- Final para gran órgano de Jesús Guridi.
El público se sumergió en la belleza de cada pieza, mientras el sonido majestuoso del órgano restaurado llenaba el espacio, transportando a todos a un lugar de reflexión y espiritualidad.
Las palabras del organista y un emotivo final
Al finalizar el concierto, Jesús Ruiz tomó brevemente la palabra para agradecer la masiva presencia de público, emocionado por la ocasión. Sus palabras resonaron profundamente: "Estoy muy emocionado en este momento y me gustaría dedicar este órgano a Jesús, al Señor, porque Él es el que nos lo ha concedido, y muy especialmente a Jesús de Medinaceli, porque es para su culto. Espero que con este órgano muchas almas puedan llegar al Cielo. Larga vida al gran órgano sinfónico de la Basílica de Jesús de Medinaceli de Madrid".
El concierto culminó con un regalo de bises fuera de programa, que fueron recibidos con un aplauso interminable por parte de los asistentes, quienes compartieron su entusiasmo y gratitud por este momento tan especial.
Un evento de comunidad y renovación
La inauguración del órgano no solo celebró la restauración de un instrumento musical, sino también la renovación espiritual de la Basílica de Medinaceli y la comunidad. Durante el evento, el lema de los Hermanos Capuchinos para este año, “Cantando la vida”, se hizo más presente que nunca, invitando a los presentes a vivir una vida auténtica y llena de fe, al igual que el órgano, que vuelve a resonar con todo su esplendor.
Con una comunidad unida, una ceremonia solemne, un repertorio impresionante y un órgano restaurado que ahora sirve como instrumento de fe, el evento se convirtió en un símbolo de la música como puente entre el cielo y la tierra, entre el arte y la espiritualidad.