Día internacional de la música. San Francisco, un órgano y la música

Descubre la conexión entre San Francisco de Asís, la música y la espiritualidad. Una reflexión inspiradora en el Día Internacional de la Música y la inauguración del órgano de la Basílica de Medinaceli.

Día internacional de la música. San Francisco, un órgano y la música

 

San Francisco de Asís, conocido por su pasado de músico y trovador, llegó un día a una pequeña iglesia cuyo órgano había permanecido en silencio durante años debido a la suciedad y el deterioro. Con su espíritu servicial de siempre, se ofreció a ayudar en la reparación y afinación del instrumento. 

Con cada tecla y tubo que limpiaba y ajustaba recordaba que la música puede servirnos para llegar a Dios. Mientras trabajaba, meditaba en que el verdadero canto proviene del corazón, que nuestras buenas obras pueden ser notas musicales para componer la más bellas de las melodías, una sinfonía constante de amor a Dios y servicio al prójimo.

La afinación: metáfora de la vida espiritual
Cuando el órgano estuvo afinado y listo para tocar, Francisco lo probó, y una melodía dulce y serena llenó la iglesia. Desde entonces, el órgano se convirtió en un símbolo de alegría y devoción en la comunidad, recordando a todos el mensaje evangélico de San Francisco.

Afinar un órgano implica un proceso minucioso y paciente, similar al proceso de afinar nuestras vidas según el evangelio de Cristo. Cada ajuste, cada corrección, cada prueba, es un paso hacia la armonía interior y la paz espiritual. San Francisco nos recuerda que, al igual que el órgano, nuestras vidas pueden ser instrumentos que resuenan con el amor y la gracia de Dios.

El nuevo órgano de la Basílica de Medinaceli: cantando la vida
Siguiendo el lema de este curso, "Cantando la vida", la inauguración y bendición solemne del nuevo órgano de la Basílica de Medinaceli se convierte en una invitación a vivir con autenticidad y alegría nuestra vida cristiana, permitiendo que nuestras acciones diarias sean figuras musicales que compongan un bello canto de alabanza.

Así, reparar y afinar el órgano de la Basílica no solo reaviva la calidad y belleza de la música, sino que, también, es ocasión para renovar nuestro compromiso de vivir una vida plena y significativa, inspirada por el ejemplo de Francisco de Asís, cantor de la vida.

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