Orar por las intenciones del Papa
Septiembre. Por el clamor de la tierra. “Oremos para que cada uno de nosotros escuche con el corazón el clamor de la Tierra y de las víctimas de las catástrofes naturales y del cambio climático, comprometiéndonos personalmente a cuidar el mundo que habitamos”.
Esperar y actuar con la creación significa, en primer lugar, aunar esfuerzos y, caminando junto con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, contribuir a «repensar entre todos la cuestión del poder humano, cuál es su sentido, cuáles son sus límites. Porque nuestro poder ha aumentado frenéticamente en pocas décadas. Hemos hecho impresionantes y asombrosos progresos tecnológicos, y no advertimos que al mismo tiempo nos convertimos en seres altamente peligrosos, capaces de poner en riesgo la vida de muchos seres y nuestra propia supervivencia» (Laudate Deum 28). Un poder incontrolado engendra monstruos y se vuelve contra nosotros mismos. Por eso hoy es urgente poner límites éticos al desarrollo de la inteligencia artificial, que, con su capacidad de cálculo y simulación, podría ser utilizada para dominar al hombre y la naturaleza, en lugar de ponerla al servicio de la paz y el desarrollo integral. (Mensaje del papa para la Jornada Mundial de oración por el cuidado de la creación.
El cuidado de la tierra, de la madre tierra, nos coloca de lleno en uno de los elementos centrales de la experiencia de Francisco de Asís. Con las palabras del papa actual en la encíclica Laudato Sí, nº 10, afirmamos que en Francisco de Asís “se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres el compromiso con la sociedad y la paz interior”.