Tono Procesional
La devoción a Jesús de Medinaceli es, con total seguridad, una de las más importantes de cuantas existen en España. Una devoción capaz de acercar a miles de personas ante su imagen para el tradicional besapies del primer viernes de marzo o congregar auténticas multitudes a su paso por las calles de Madrid cada Viernes Santo a las siete de la tarde.
El año 1945 se estrenó la carroza para la procesión de Viernes Santo. Fue obra de los hermanos malagueños Palma Burgos, quienes ganaron el concurso para realizarla. El trono, de madera dorada, tiene cuatro metros de altura y está adornado por cuatro ángeles en sus esquinas, que sujetan un candelabro cada uno. Sus faldones fueron bordados por las Adoratrices de Madrid. Sufrió una restauración hacia el año 1997. Este año se ha acometido una restauración especial en el Taller Arte Religioso de Salmerón de Socuéllamos para que pudiera salir a hombros por las calles de Madrid.
Este Viernes Santo, si el tiempo lo permite, ciento veinte hombres y mujeres, devotos de Jesús de Medinaceli, serán los encargados de portar a Jesús Nazareno de Medinaceli por el recorrido de la procesión. Es un sueño que se hace realidad setenta y tres años después de la inauguración del trono, un 30 de marzo de 1945. Gracias a la generosidad de una devota y al esfuerzo tanto de la fraternidad capuchina como de la Archicofradía, se ha podido acometer esta obra de restauración. Otro 30 de marzo, pero de 2018, es el día señalado para disfrutar y acompañar al "Señor de Madrid" por sus calles. Deseamos hacerlo con la devoción y el respeto que han hecho de esta procesión el acontecimiento religioso anual más importante de esta ciudad.
La Semana Santa son días de calma, de reflexión y meditación, de oración. De asomarnos al Misterio para que una vez más se llenen nuestras vidas de Dios. Contemplemos a quien subió a la Cruz para darnos la vida.
Benjamín Echeverría
Ministro Provincial de Capuchinos de España.