Responsabilidad común...
La técnica separada de la ética difícilmente será capaz de autolimitar su poder” (LS 136).
Los límites y la orientación los impone el respeto a la dignidad de la persona humana.
Es cierto que la tecnología ha aportado al hombre muchos medios que facilitan la vida y el manejo de la naturaleza, pero puede ser utilizada en contra del ser humano y de la misma naturaleza (LS 101-105).
• En primer lugar el modelo científico-técnico justifica el ansia de dominio, la extracción del mayor beneficio de las cosas y la idea de un crecimiento infinito e ilimitado. Nos hemos creído “la mentira de la disponibilidad infinita de los bienes del planeta” (LS 106). Y, con todo, “la gente ya no parece creer en un futuro feliz” y “toma conciencia de que el avance de la técnica no equivale al avance de la humanidad y de la historia” (LS 113). Así que habrá que “aminorar la marcha para mirar la realidad de otra manera” (LS 114).
• El ser humano parece tratar de suplantar a Dios, ignorando que “con ello provoca la rebelión de la naturaleza” (LS 117). Por paradójico que parezca, se niega todo valor al ser humano. “Pero no se puede prescindir de la humanidad. No habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano. No hay ecología sin una adecuada antropología” (LS 118). No se puede respetar la naturaleza, sin respetar al prójimo y sin reconocer la dimensión trascendente del ser humano (LS 119).
• Hoy el hombre piensa que su libertad es el origen y el árbitro del bien y del mal. Por eso vive y propone un relativismo práctico. Por eso se actúa con tanta irresponsabilidad en el medio ambiente y se llega a la manipulación del ser humano y hasta la compraventa de órganos humanos (LS 122-123).
• Hay que preservar el derecho al trabajo, procurando trabajar como colaboradores del Creador, no como destructores de su creación. “El trabajo debería ser el ámbito de este múltiple desarrollo personal, donde se ponen en juego muchas dimensiones de la vida: la creatividad, la proyección del futuro, el desarrollo de capacidades, el ejercicio de los valores, la comunicación con los demás, una actitud de adoración” (LS 127).
José-Román Flecha Andrés