El pasado día 10 de octubre falleció fray Conrado Struch a los 89 años de edad en el convento de la Magdalena, en la localidad valenciana de Massamagrell.
Tras una larga enfermedad descansa ya en la Paz del Señor nuestro hermano fray Conrado.
Dedicó su vida a la atención de personas sin recursos, para las que recaudaba fondos con la elaboración de miles de belenes que exponía en Navidad, había nacido en Ador y en la actualidad atendía, desde hace años, la portería del convento de San José en la calle Cirilo Amorós.
Realizó varias exposiciones, algunas con más de mil nacimientos elaborados con materiales de desecho, como maderas, juguetes, máquinas de escribir y cafeteras.
.La exposición benéfica de belenes del fraile capuchino Conrado Estruch, que cuenta con más de mil nacimientos elaborados con materiales de desecho, cumplirá este año su vigésima edición y será inaugurada este sábado por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares. Este año, la exhibición incluye nacimientos elaborados con diferentes tipos de materiales de desecho, como maderas, juguetes, máquinas de escribir y cafeteras.
Los beneficios que generaba la venta de estas -obras de arte- han llegado a paliar los efectos de la crisis sufridos por familias valencianas sin recursos y también han llegado a misiones capuchinas de Somalia, Guinea Ecuatorial, Bolivia, Colombia y Honduras.
Como el mismo explicaba años atrás;...
"Tengo 200 familias necesitadas a las que atiendo, pero nadie dirá que fray Conrado le pide", explicaba en 2012 fray Conrado a ReL. "No pido nunca. Simplemente, todo me llueve, me llega. Eso es la Fuerza de Dios". "Tenemos más de 1.400 belenes construidos con materiales reciclados. Me alegra utilizar lo que no sirve. Es algo que nos da paz y alegría".
"Yo soy pobre y trabajo con medios pobres. Fíjese que siendo pobre, ¡doy de comer a pobres!", añadía. "Tengo diplomas de agradecimiento por ayudar a misiones. Hemos puesto en marcha una escuelita en misiones, un comedor para niños, cosas así", explciaba cuando se le preguntaba.
Esta vocación le viene de niño...
Siendo niño, Conrado tenía muy claro lo que quería hacer: "yo de chico ya quería ayudar a la gente y vivir el Evangelio. Para eso entré de capuchino a los 22 años. Y si volviera a nacer, lo volvería a hacer. Algunos me decían, cuidado, dónde te metes. Pero con los pobres aprendes a ver al mismo Dios. Con ellos aprendes a ver lo bueno de Dios, que da el ser, da la vida. Salgo a la calle y me digo: mira, todos son Cristos. Eso sí, el pobre sufre su pobreza. Hoy, igual que hace 50 años".
A fray Conrado acudían jóvenes y mayores y él escuchaba a todos.
"Me vienen muchos jovenes llorando. Me dicen: tenemos problemas, y hablan, hablan... Yo les digo: el problema os lo habéis hecho vosotros solos, luego no digáis que ha sido el Señor. Por ejemplo, si vas borracho y atropellas a alguien: ¡lo has hecho tú! A los jóvenes les digo que han de aceptar la vida como es y no hacer cosas malas. Otras veces me viene gente mayor, empresarios, que también lloran y me dan mucha pena. ¿Qué hacer? Pues rezar y encomendar, no hay más".
Descansa en Paz...