Sábado 2ª semana Tiempo Pascual
San Hermenegildo
Primera lectura: Hechos 6, 1-7
Eligieron a siete hombres llenos del Espíritu Santo.
Salmo: 32, 1-2. 4-5. 18-19
R/. Que tu amor, Señor, nos acompañe, pues así lo esperamos de ti.
Evangelio: Juan 6, 16-21
Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al lago, subieron a una barca y emprendieron la travesía hacia Cafarnaún. Era ya de noche y Jesús aún no los había alcanzado. De pronto se levantó un viento fuerte que alborotó el lago. Habrían remado unos cinco o seis kilómetros, cuando vieron a Jesús que caminaba sobre el lago y se acercaba a la barca. Les entró mucho miedo, pero Jesús les dijo:
—Soy yo. No tengan miedo.
Entonces quisieron subirlo a bordo, pero enseguida la barca tocó tierra en el lugar al que se dirigían.
Reflexión:
Los discípulos no se acostumbraban a la ausencia de Jesús, tampoco Jesús parecía acostumbrarse a vivir sin los discípulos. Por eso les sale al encuentro; es un dato “luminoso” que debe serenar la vida. Jesús ahuyenta el miedo que se había instalado en sus corazones. “Soy yo” es la autopresentación de Dios a Moisés (Ex 3,14), y la de Jesús a sus discípulos. Es la certeza que animó a la primitiva comunidad. Las “apariciones” pueden desorientar a la hora de comprender el misterio/verdad de la resurrección de Jesús. No son solo una prueba de que Jesús ha resucitado sino de que “convive”, está presente en la vida de los discípulos. Sin Jesús la travesía no es posible ni completa. Los miedos nos atenazan porque creemos que hacemos la travesía en soledad y no queremos alejarnos de la seguridad de la orilla. “Rema mar adentro… No tengáis miedo. Soy yo”. La fe es “no tener miedo”, es audacia y confianza en el Señor.