Sábado Ordinario 18ª Semana 4ª de Salterio
Santos Justo, Pastor; Santa Benedicta de La Cruz, San Román Mártir.
Primera lectura: Os 2,16b. 17de. 21-22;
Esto dice el Señor: Yo la persuado, la llevo al desierto, le hablo al corazón. Allí responderá como en los días de su juventud, como el día de su salida de Egipto. Aquel día -Oráculo del Señor- me llamarás “esposo mío”, y ya no me llamarás “mi amo”. Me desposaré contigo para siempre, me desposaré contigo en justicia y en derecho, en misericordia y en ternura, me desposaré contigo en fidelidad y conocerás al Señor».
Salmo: Sal 44,11-12. 14-17;
R/. Llega el Esposo; salgan a recibir a Cristo, el Señor.
Escucha, hija, mira: inclina el oído, olvida tu pueblo y la casa paterna; prendado está el rey de tu belleza: póstrate ante él, que él es tu señor. R/.
Ya entra la princesa, bellísima, vestida de perlas y brocado; la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes, la siguen sus compañeras. R/.
Las traen entre alegría y algazara, van entrando en el palacio real. A cambio de tus padres, tendrás hijos, que nombrarás príncipes por toda la tierra. R/.
Evangelio: Mt 25,1-13.
Entonces se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes. Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”. Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”. Pero las prudentes contestaron: “Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”. Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo: “Señor, señor, ábrenos”. Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco”. Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».
Reflexión:
Santa Teresa Benedicta de la Cruz, patrona de Europa, presenta un itinerario espiritual similar al de Pablo de Tarso en su proceso de “conversión”: de la Ley a Cristo. Judía de origen y de religión, pensadora profunda, como Pablo sintió la seducción por Cristo crucificado, cambiando su saber “filosófico” por una profunda “cristología”, que, a partir de entonces fue su sabiduría, la de la Cruz. Asumió e hizo proyecto de su vida las afirmaciones paulinas: “Todo lo considero pérdida comparado con el conocimiento de Cristo Jesús” (Flp 3,8), “para mí la vida es Cristo y el morir una ganancia” (Flp 1,21). Ingresada en el Carmelo murió mártir en el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, en Polonia (1942). Con su vida y su muerte perfumó los pies de Cristo, pasando a formar parte de sus seguidores.