Viernes 22º semana Tiempo Ordinario 2ª de salterio
San Juan de Rivera, San Zacarías.
Primera lectura: 1 Corintios 4, 1-5
El Señor pondrá al descubierto los designios del corazón.
Salmo: 36, 3-4. 5-6. 27-28. 39-40
R/. Del Señor viene la salvación de los justos.
Evangelio: Lucas 5, 33-39
En aquel tiempo, los maestros de la Ley y los fariseos dijeron a Jesús:
—Los discípulos de Juan ayunan a menudo y se dedican a la oración, y lo mismo hacen los de los fariseos. ¡En cambio, los tuyos comen y beben!
Jesús les contestó:
—¿Harían ustedes ayunar a los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? Ya llegará el momento en que les faltará el novio; entonces ayunarán.
Además les puso este ejemplo:
—Nadie corta un trozo de tela a un vestido nuevo para remendar uno viejo. De hacerlo así, se estropearía el nuevo y al viejo no le quedaría bien la pieza del nuevo. Tampoco echa nadie vino nuevo en odres viejos, pues el vino nuevo rompe los odres, de modo que el vino se derrama y los odres se pierden. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos. Y nadie que haya bebido vino añejo querrá beber después vino nuevo, porque dirá que el añejo es mejor.
Reflexión:
El grupo de los discípulos de Jesús no era un grupo caracterizado por ritos y prácticas ascéticas específicas. El punto de cohesión era la persona de Jesús: su “seguimiento”. Y él no es un apaño, no es más de lo mismo. Es alternativo y trae alternativas, es vino nuevo que demanda odres nuevos. La novedad que él aporta no es compatible con respuestas rituales. Para quien degusta su vino, los otros vinos resultan insípidos y de baja calidad. Pero ese vino es su cáliz. “¿Podéis beberlo?” preguntó Jesús a los discípulos de entonces y reitera la pregunta a los de hoy. Pablo advierte que quien lo bebe indignamente, bebe su condenación (1 Cor 11,27). Su propuesta no se caracteriza por la ascesis, sino por la caridad. No oculta que habrá momentos difíciles, que pueden ser superados activando su “memoria”, porque siempre está con nosotros, a veces de maneras sorprendentes.