Martes 5ª semana Tiempo Ordinario 1ª semana de salterio

San Pablo Miki, Cc.Mtres.

Primera lectura: 1 Reyes 8, 22-23. 27-30

Declaraste: “Allí estará mi Nombre”. Escucha la súplica de tu pueblo Israel.
 


Salmo: 83, 3. 4. 5 y 10. 11

R/. ¡Qué gratas son tus moradas,
oh, Señor del universo!

 


Evangelio: Marcos 7, 1-13

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y unos maestros de la ley llegados de Jerusalén y vieron que algunos discípulos de Jesús comían con las manos impuras, esto es, sin habérselas lavado.
Porque los fariseos y demás judíos, siguiendo la tradición de sus antepasados, no comen sin antes haberse lavado las manos cuidadosamente. Así, cuando vuelven del mercado, no comen si antes no se lavan. Y guardan también otras muchas costumbres rituales, tales como lavar las copas, las ollas, las vasijas metálicas y hasta las camas.
Preguntaron, pues, a Jesús aquellos fariseos y maestros de la ley:
—¿Por qué tus discípulos no respetan la tradición de nuestros antepasados? ¿Por qué se ponen a comer con las manos impuras?
Jesús les contestó:
—¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías acerca de ustedes cuando escribió:
Este pueblo me honra de labios afuera, pero su corazón está muy lejos de mí. Inútilmente me rinden culto, pues enseñan doctrinas que solo son preceptos humanos. Ustedes se apartan de los mandatos de Dios por seguir las tradiciones humanas.

Y añadió:

—Así que, por mantener sus propias tradiciones, se despreocupan completamente de lo que Dios ha mandado. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y también: El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte. En cambio, ustedes afirman que si alguno dice a su padre o a su madre: «Lo que tenía reservado para ayudarte, lo he convertido en corbán, es decir, en ofrenda para el Templo», queda liberado de la obligación de prestarles ayuda. De este modo, con esas tradiciones de ustedes que se pasan de unos a otros, anulan lo que Dios había dispuesto. Además hacen otras muchas cosas parecidas a estas.
 


Reflexión:

Jesús invita a no hacer una lectura reductiva y superficial de la vida. Frente al ritualismo y casuismo, invita a no sofocar la vida con nor mativas excesivas, a no anular la palabra de Dios por tradiciones ydoctrinas que son solo preceptos humanos. Jesús está en contra de los “yugos” y los “fardos pesados” (Mt 23,4) que, camuflados de “religiosidad”, oprimen a los hombres: reivindica verdad interior. No se contenta con “manos limpias” sino que exige un “corazón limpio”. Exige un culto cordial y no ritual. Y hace una llamada a no tergiversar el mandamiento de Dios con evasiones legalistas, como la del corbán, que era solo un precepto humano para justificar el abandono del cuidado y honra de los padres. ¡También nosotros deberíamos distinguir entre la Tradición viva de la Iglesia y las tradiciones eclesiásticas -culturales y coyunturales-. Y privilegiar la higiene del corazón a la cosmética de nuestras manos.
 


  • Compártelo!