Sábado 5ª semana Tiempo Pascual 1ª de salterio
San Ciriaco, San José María Rubio.
Primera lectura: Hechos 16, 1-10
Pasa a Macedonia y ayúdanos.
Salmo: 99, 1-2. 3. 5
R/. Aclama al Señor, tierra entera.
Evangelio: Juan 15, 18-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—Si el mundo los odia a ustedes, sepan que primero me odió a mí. Si pertenecieran al mundo, el mundo los amaría como cosa propia. Pero como no pertenecen al mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, por eso el mundo los odia.
Recuerden lo que les he dicho: «Ningún siervo es superior a su amo». Como me han perseguido a mí, los perseguirán también a ustedes; y en la medida en que han puesto en práctica mi mensaje, también pondrán en práctica el de ustedes.
Y todo lo que hagan contra ustedes por mi causa, lo harán porque no conocen a aquel que me envió.
Reflexión:
Jesús ofrece unas advertencias orientadas a la animación y la audacia de sus “amigos”, a quienes advierte de sus enemigos, los de Jesús, que lo son también de sus amigos. El discípulo debe compartir la suerte del Maestro. Acostumbrados a vivir un cristianismo oficial, protegido y hasta privilegiado, esto puede chocar a muchos, pero al principio no fue así. Ser discípulo de Jesús implicaba ingresar en la esfera de lo no oficial, de lo heterodoxo. El amor que propone Jesús es un amor “conflictivo”. Amarle a él y amar como él no resultará cómodo y eso hay que asumirlo. Ese “odio” del mundo no hay que provocarlo, pero no hay que rehuirlo.
Forma parte del “seguimiento. “Vosotros sois mis amigos” (Jn 15,14). ¿No reconocemos como tales? ¿Cumplimos su mandamiento? ¿Nos sentimos llamados y amados por él? Cristo se fía y se confía a nosotros. Nosotros, ¿nos fiamos y confiamos a él y en él?.