Josu Okiñena -Aita Donostia

Josu Okiñena -Aita Donostia

Mi primer recuerdo es la música del vals en si menor de Chopin. Era un niño de apenas tres años y me fascinaba escuchar a mi madre tocar en un piano vertical marca Schimmel, que mi padre había comprado con sus primeros ahorros. Ambos son muy melómanos. 
 
¿Cómo llega a usted la música? ¿Ha vivido otro tipo de tentaciones culturales?
No concibo la vida sin música. Siempre ha estado presente. Es la música la que me ha llevado a otras manifestaciones culturales y de pensamiento. Fundamentalmente la filosofía y las artes literarias, han sido una tentación que en ocasiones he debido relegar a un segundo plano, dadas las exigencias de una carrera artística profesional como la que desarrollo. 

Usted ha realizado la tesis sobre el Padre Donostia. ¿Por qué? ¿Cómo fue este encuentro?
Encontrarme con el legado del Padre Donostia ha supuesto un punto de inflexión en mi actividad profesional. Gracias a mi maestro, el pianista Félix Lavilla, conocí la obra de Donostia en profundidad. Él había conocido personalmente a Donostia, y admiraba profundamente la genialidad con la que armonizaba canciones populares y componía sobre ellas piezas para piano. 

Para mí había tenido un significado muy especial la figura de Donostia, ya que mi padre, exalumno del Colegio de la Madre del Buen Consejo en Lecaroz, recordaba cómo el Padre Donostia impartió una serie de charlas a los alumnos durante el curso 1953/54. 
Concretamente en el coro de la iglesia de dicho Colegio, ejemplificando en el órgano (que había sido un regalo de la familia de Donostia) aspectos relacionados con el folklore y el canto gregoriano. 

¿Qué ha significado este proyecto en su vida?

Descubrir a uno de los compositores más importantes de su época, y situarlo en catálogos internacionales para que pueda ser descubierto por el gran público. Haber grabado las composiciones de Donostia en una multinacional como es Sony Classical permite una difusión de su legado sin precedentes, y es lo que realmente va a permitir que su música siga viva.

Además, el proyecto de Donostia me ha descubierto un camino nuevo en mi actividad profesional: la investigación sobre la práctica interpretativa. Por medio del estudio de sus composiciones he podido sistematizar un conocimiento que, en una primera etapa me llevó a elaborar mi Tesis Doctoral, y posteriormente me ha aportado numerosos caminos de investigación que sigo recorriendo.

¿La música está lo suficientemente valorada en nuestro país?
No. Socialmente no tiene el valor que se le reconoce en otros países, como Alemania, Austria o Francia. Es difícil todavía el reconocimiento de la profesionalidad del músico. Esta sociedad no considera todavía al mismo nivel al músico y a otros profesionales como médicos, abogados ingenieros, etc. Creo que en esta equiparación va a ser fundamental el impacto del Plan Bolonia, de los Estudios Superiores Europeos, que está logrando un tratamiento académico del músico fundamental para su consideración profesional. 

Háblenos de su disco Aita Donostia.
Lo definiría como una condensación de colores, aromas, sueños e impresiones. Donostia desarrolla una estética muy afrancesada, con mucha influencia de los compositores impresionistas, fundamentalmente Debussy y Ravel. Esto queda reflejado en las composiciones del disco y en el significado que para mí tienen en las sonoridades seleccionadas para grabarlo. 

¿En qué proyecto se encuentra ahora trabajando?
En varios y diversos. Pero destaco entre ellos el cd que he grabado también para Sony Classical, en el que se recoge la última composición del Padre Donostia, un andante doloroso fechado en 1954, que llegó a mis manos por mi maestro el pianista Félix Lavilla. Me siento muy identificado con los ideales franciscanos, tan cercanos a la Orden Capuchina. Fundamentalmente con la cercanía al pueblo y a lo popular. Creo que esto influenció mucho en la labor folklorista del Padre Donostia. Además mi padre fue educado en el Colegio de Lecaroz de los Capuchinos, y  me ha transmitido unos valores directamente relacionados con la filosofía de la Orden.  

¿Qué le gustaría trasladar a los lectores de esta entrevista y olvidé preguntarle?
Que disfruten de la música del Padre Donostia. Y que aunque piensen que la conocen, que la escuchen muchas veces, ya que cada vez que te acercas a ella descubres algo nuevo. 

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