Entrevistamos a Xabier Parra, director SERCADE, SERvicio CApuchino para el DEsarrollo y editor del libro colectivo inspirado en la encíclica del Papa Francisco.
Desde la fragilidad
En tiempos marcados por la incertidumbre, la polarización y la fragilidad global, el Papa Francisco ofreció al mundo un texto profundamente humanista: Fratelli Tutti. Desde esa inspiración nace el libro Fratelli Tutti: La conversión desde la fragilidad, editado por Xabier Parra y publicado por la ESEF, Escuela Superior de Estudios Franciscanos. Esta obra colectiva reúne voces de diversas disciplinas y contextos, con una premisa clara: leer la encíclica no como un documento lejano o teórico, sino como una propuesta vital, política y espiritual para el presente.
En esta conversación, Parra desgrana los orígenes del proyecto, su proceso de elaboración, el papel de la espiritualidad franciscana y la urgencia de una fraternidad encarnada.
«La conversión comienza cuando nos dejamos tocar por el otro»
La publicación de Fratelli Tutti: La conversión desde la fragilidad surge en un momento clave para la humanidad, en medio de una pandemia que evidenció nuestras vulnerabilidades y cuestionó nuestras formas de vida. Desde su rol como director de SERCADE,... ¿Qué le motivó a impulsar este proyecto editorial en torno a la encíclica del Papa Francisco? ¿Cuál era la intención de fondo al reunir voces tan diversas en una sola obra?
La idea del libro nace en un momento muy concreto y cargado de significado: el contexto de la pandemia. Durante ese tiempo, muchas personas, comunidades y hasta instituciones se vieron confrontadas con su propia vulnerabilidad. La crisis sanitaria no solo reveló carencias estructurales en lo económico y lo político, sino que también activó preguntas existenciales de fondo: ¿Qué sentido tiene nuestra vida en común? ¿Qué nos sostiene cuando todo tambalea? ¿Qué tipo de humanidad queremos ser?
Es en medio de ese escenario global donde el Papa Francisco publica Fratelli Tutti, una encíclica que no pretende ofrecer soluciones técnicas, sino una brújula ética y espiritual. En ella, Francisco propone una visión radicalmente humana y fraterna del mundo.

Nos habla del cuidado mutuo, del diálogo, del bien común, de superar la lógica del descarte. Y lo hace no desde la abstracción, sino desde la realidad concreta, con un lenguaje comprensible y profundamente encarnado.
Sentimos que era urgente acoger esa propuesta, pero también ayudar a que no pasara desapercibida o se quedara en el plano institucional. Así surgió la iniciativa de este libro: como una herramienta para aterrizar Fratelli Tutti en nuestras realidades, iluminando su lectura desde múltiples voces y experiencias. Nos propusimos no hacer un comentario técnico o meramente teológico, sino un espacio de reflexión viva, transversal, con participación de expertos en filosofía, política, espiritualidad, psicología, cooperación internacional...
No queríamos quedarnos solo en el análisis. La intención del libro era, y sigue siendo, provocar una conversión. Pero no una conversión entendida como algo exclusivo del ámbito religioso, sino como una invitación al cambio de mirada, de sensibilidad, de estilo de vida.
Por eso hablamos de “la conversión desde la fragilidad”: porque lo que el mundo necesitaba –y sigue necesitando– no es tanto reafirmarse en viejas seguridades, sino aprender a mirar el futuro desde nuestras heridas, desde una conciencia más humilde, más interdependiente, más abierta a la alteridad.
El libro está pensado para todos: creyentes y no creyentes, personas de Iglesia y ciudadanos comprometidos. Porque la fraternidad, como recuerda el Papa, no es un concepto confesional: es una tarea común.
Uno de los aspectos más llamativos del título del libro es el subtítulo: “La conversión desde la fragilidad”. No es común asociar la fragilidad con un punto de partida para el cambio, mucho menos en una sociedad que valora la autosuficiencia y la fuerza. ¿Cómo debemos entender esa conversión cuando se parte precisamente del reconocimiento de lo frágil? ¿Qué implicaciones tiene esta mirada tanto a nivel personal como en lo colectivo?
Es verdad que hablar de “fragilidad” como base de una transformación puede parecer contra intuitivo en un mundo que tiende a ocultar todo lo que suene a límite, a herida o a dependencia. Sin embargo, la pandemia nos obligó a enfrentarnos precisamente a eso: a nuestra fragilidad radical. Y Fratelli Tutti, publicada en ese contexto, no rehúye esa realidad, sino que la coloca en el centro de su propuesta.
Cuando decimos “conversión desde la fragilidad”, no hablamos de una rendición ni de una renuncia, sino de una transformación profunda que empieza por reconocer lo que somos en verdad: seres vulnerables, interdependientes, necesitados unos de otros. En el plano personal, esta conversión implica aprender a vivir con humildad, con más empatía, con una conciencia más abierta a la compasión. Es dejar de pretender que podemos con todo y abrirnos a ser cuidados y a cuidar, a dejarnos afectar por el sufrimiento ajeno y a compartir el nuestro.
Y en el plano comunitario o social, esta mirada nos lleva a replantear nuestras estructuras: ¿cómo diseñamos políticas públicas, modelos económicos o relaciones laborales si partimos de la fragilidad como rasgo universal? Nos obliga a poner la dignidad humana por encima del beneficio, el cuidado sobre la competitividad, el bien común por delante del interés individual.
En definitiva, esta conversión no es un proceso de “superación” de la fragilidad, sino de reconciliación con ella. Porque es en ese lugar de límite y herida donde se abre también la posibilidad de un encuentro auténtico con el otro. Y ahí, en ese umbral, nace la fraternidad verdadera.
¿Cómo se organizó el proceso de trabajo para construir este libro colectivo? ¿Quiénes participaron y desde qué ámbitos?
Fue un proceso muy enriquecedor y también desafiante. Lo planteamos en dos fases principales. Primero, se organizó un congreso en la ESEF en el que participaron teólogos, filósofos, sociólogos, psicólogos, personas del mundo de la política y de la cooperación internacional. Cada uno abordó los distintos capítulos de la encíclica desde su propia mirada, con libertad, pero manteniendo fidelidad al espíritu del texto del Papa Francisco.
La segunda fase fue un ciclo de conferencias abiertas, en las que contrastamos esas ideas con la realidad concreta de comunidades, educadores, personas comprometidas socialmente. El resultado final es un diálogo plural, donde voces muy distintas se encuentran para reflexionar sobre un mismo horizonte: cómo construir una sociedad fraterna desde nuestras heridas compartidas.

Entonces, podemos pensar que la espiritualidad franciscana juega un papel fundamental en esta lectura.
Sí, por supuesto, es el alma del libro. No porque todos los autores sean franciscanos, sino porque el hilo conductor de la encíclica es claramente franciscano. El Papa lo dice desde el inicio: se inspira en San Francisco de Asís, en su forma de relacionarse con todas las criaturas, con el leproso, con el hermano marginado, con el musulmán, con el pobre, con la tierra misma.
El franciscanismo es una forma de vida, una espiritualidad que se encarna en lo cotidiano. Nos enseña a mirar con compasión, a vivir con sencillez, a desarmarnos interiormente para recibir al otro. Esa mirada es imprescindible hoy. Frente a la cultura del descarte y el individualismo, la espiritualidad franciscana nos recuerda que la fraternidad no es una teoría: es un estilo de vida que se construye desde abajo, desde la escucha, la humildad y el servicio.
¿Qué esperáis que despierte esta obra en quienes la lean?
Sobre todo, esperamos que no sea una lectura pasiva.
Que este libro provoque movimiento, preguntas, compromisos. Que ayude a quienes lo lean a pasar de la teoría a la vida. Algunas personas ya nos han dicho que lo están usando en procesos formativos, en espacios comunitarios, en debates pastorales. Eso es una gran alegría.
Ojalá ayude a comprender que Fratelli Tutti no es una encíclica “de papel”, sino una hoja de ruta para reconstruir el tejido roto de nuestras sociedades. Si conseguimos que el lector se sienta invitado a revisar cómo vive, cómo consume, cómo trabaja, cómo se vincula... entonces el libro habrá cumplido su propósito. Porque la fraternidad no se impone, se contagia. Y empieza cuando nos dejamos tocar por el otro.
"Fratelli Tutti: La conversión desde la fragilidad" no es solo una obra colectiva de reflexión sobre una encíclica del Papa Francisco; es, sobre todo, una invitación a mirar el mundo —y a mirarnos— desde una óptica radicalmente distinta: la de la fraternidad universal. A lo largo de esta entrevista, Xabier Parra ha desvelado el trasfondo de un proyecto que nace del dolor compartido de una crisis global, pero que no se queda ahí. Su propuesta apunta a lo esencial: transformar esa fragilidad común en punto de partida para una nueva forma de convivencia, más humana, más solidaria y más real.
(Luis López, Coordinador de Capuchinos Editorial)