Hacer el bien ...
Una de las mejores definiciones que hacen los evangelistas de Jesús de Nazaret es que “pasó por el mundo haciendo el bien” (Hch 10, 38). Una de las grandes cosas que se pueden decir de una persona es, precisamente, que es hombre o mujer de bien, que vive haciendo el bien. Nuestra fe cristiana nos anima a ir pareciéndonos un poco más a Jesús, a vivir como él vivió… a hacer el bien que él hizo.
El mes de noviembre es un mes en el que recordamos y celebramos a todos los Santos. A todas esas personas que han pasado por el mundo haciendo el bien. Al comenzar noviembre y con motivo de la fiesta de los Todos los Santos (día 1) y al celebrar a Todos los Santos de la Familia Franciscana, (día 29), me he acordado de un relato que tantas veces hemos utilizado con los niños:
Un día, un padre y su hijo entraron en un templo. El niño se quedó mirando unos grandes ventanales que estaban en las paredes. Los rayos del sol los atravesaban y llenaban el templo de un color especial.
El niño preguntó a su padre: -Papá, ¿eso que brilla y es de tantos colores qué es? y el padre respondió: -Son vidrieras. Grandes ventanas que estaban están en las paredes. Ventanas que están hechas con cristales de muchos colores y que forman algún dibujo con ellos.
El niño se quedó mirando hacia arriba y continuó preguntando:
-¿Y quiénes son esos señores que están dibujados en esas vidrieras?
El padre le contestó: -Son santos.
-¿Santos? ¿Y eso qué es? -preguntó extrañado el niño.
-Pues los santos fueron personas tan buenas, que a través de ellas, se podía ver lo bueno que era Dios. Pasaron por la vida haciendo el bien.
Después de quedarse pensativo, el niño dijo a su padre:
-Entonces son como las vidrieras.
El padre no entendió esta respuesta, pero el niño continuó hablando:
-Sí; los santos son como las vidrieras. Si a través de ellas podemos ver la luz del sol, a través de los santos podemos ver cómo es Dios.
El padre quedó sorprendido por la respuesta de su hijo y le dijo:
-Veo que lo has comprendido. Ahora ya sabes cómo puedes llegar a ser uno de ellos.
“Hacer el bien” es un principio que une a toda la humanidad, más allá de la diversidad de ideologías y de religiones, y crea esa cultura del encuentro que es la base de la paz y de la convivencia. Por tanto, como aconsejó san Pablo a los Gálatas, “mientras tengamos ocasión, hagamos el bien a todos…” (Gál 6,10).
Benjamín Echeverría
Provincial de Capuchinos de España