Eucaristía de acción de gracias en la catedral.
Día de júbilo en la Iglesia de Aguarico. El viernes 10 de abril amaneció despejado, aunque después llovería copiosamente durante la misa y el almuerzo. A muy tempranas horas se oyeron los cantos del grupo “Juan XXIII” que despertaban a Monseñor y sus “vecinos”, entonando “Las mañanitas.
Y a las 11 de la mañana estaba repleta la catedral. Las Hermanas Clarisas Capuchinas sacramentarias, del Monasterio Madre de Guadalupe de Coca, animaron el canto. En larga procesión fueron ingresando 38 sacerdotes y 14 obispos. Entre ellos hay que destacar la presencia del Cardenal Vela Chiriboga, Mons. Fausto Trávez, Presidente de la CEE y del Obispo capuchino, Mons. Celestino Aós, venido de Cipiapó (Chile).
Una liturgia, esmeradamente preparada, fue el marco religioso que durante hora y media mantuvo la atención de los participantes. La homilía de Monseñor fue muy sentida, agradeciendo a Dios la gracia de su sacerdocio y la plenitud del episcopado, haciendo memoria de sus compañeros de ordenación (especialmente, Rodolfo Erburu), al compromiso de “arriesgar la vida por el Evangelio” y la alegría de la fraternidad y la eclesialidad misionera y universal. Tampoco olvidó a los miembros de su familia Sádaba Pérez, al pueblo waorani y al testimonio martirial de Alejandro e Inés.
Debemos destacar la presencia de sus cinco hermanos carnales: Miguel Ángel, Iñaki, Francisco, dos de ellos capuchinos, y su hermana Mariasun que le acompaña de misionera en Coca y los dos seglares venidos de España. Algunos de ellos hicieron las lecturas. En las ofrendas hubo presentes de la cultura amazónica y su hermana Mariasun entregó el escudo del Obispo (que la iglesia crezca) y el pañuelo pamplonica.
Al finalizar la Misa tomó la palabra el Cardenal Raúl Vela Chiriboga, que recordó su experiencia personal con Mons. Alejandro Labaka y destacó, entre las obras de Mons. Sádaba, el haber fundado el Monasterio de Clarisas en Coca. Luego habló Mons. Fausto Trávez, arzobispo de Quito y presidente de la CEE y Mons. Néstor Herrera, obispo emérito de Machala y colaborador del seminario misionero, en Quito.
Concluida la Eucaristía fueron invitados todos a las dependencias del Vicariato, donde participaron del almuerzo comunitario, en fraterna alegría. De este modo, con obispos, sacerdotes, superiores y superioras de congregaciones, amigos, familia y fieles, pudimos saborear los alimentos y la amistad, a la vez que valorar el cariño acogedor de todos lso misioneros del Vicariato. Fue la ocasión para estrenar el nuevo salón “Buen Pastor” del Vicariato.
Acto cultural en homenaje a Mons. Jesús Esteban Sádaba
A las dos de la tarde se congregaron invitados y moradores de Coca en el coliseo “Fray Mariano” de la Unidad educativa “Padre Miguel Gamboa”, donde se realizó el acto especial de homenaje por los 25 años de episcopado. Tuvieron a cargo la presentación y desarrollo del acto el P. Dick Ramírez y la Hna. Mariana Granda.
Después de la presentación, tomaron la palabra los cuatro hermanos carnales del Obispo: primero los capuchinos Francisco, llegado de México y José Mari, misionero en Coca; luego sus dos hermanos seglares llegados desde España, Miguel Ángel e Iñaki, a quienes se añadió su primo Miguel Sádaba Guillén. A continuación un grupo de Juan XXIII de Sachas presentaron su saludo y cantos llenos de alegría.
A nombre de la Conferencia episcopal intervino Mons. Rafael Cob, obispo del Vicariato Apostólico de Puyo, que resaltó la fraternidad de las Iglesias amazónicas con Aguarico. De parte de la institución educativa a distancia del Vicariato, Yachana Inti, habló su Directora Lc. Estela Llerena, que entregó un obsequio. La Coordinación de la pastoral juvenil del Vicariato se hizo presente felicitando y obsequiando un regalo. A nombre de los sacerdotes diocesanos dirigió unas palabras el P. Nelson Pinza, párroco de Sachas. El P. Adalberto Jiménez, Custodio de los Hermanos Menores Capuchinos del Ecuador, felicitó en nombre de la Orden. Y a él se unió (como vicepresidentes de la CER Nacional), la Hna. Inés Zambrano, provincial de las Lauritas.
Siguió una esplendorosa danza indígena de la comunidad Atakapi. A nombre de la Unidad educativa Fiscomisional P. Miguel Gamboa habló el Lcdo. Antonio Espinoza. Siguieron placas y adhesiones del Consejo provincial y del FEPP. Otra danza indígena alegró el ambiente. A nombre de la CER de Orellana entregó una placa el P. Juan Cantero. Con sentidas palabras, la Mercedaria Hna. Inés Barros expresó su felicitación y entregó un regalo a nombre de todos misioneros y misioneras de Vicariato.
Al final, Mons. Jesús Esteban dio su discurso de agradecimiento. Y como colofón del acto, se congregaron todos los misioneros y misioneras de Aguarico para entonar el himno “Arriesgar la vida por el Evangelio”, compuesto por Juan Morales para este Vicariato y la Caminata de Alejandro e Inés.
A las cinco de la tarde, en el auditorio del Vicariato, se pasó un video con la historia fotográfica de la familia y vida de Mons. Jesús Esteban Sádaba Pérez, desde su infancia hasta este esplendoroso día de su celebración jubilar de 50 años de sacerdote y 25 de obispo. Se recordó en repetidas ocasiones a sus compañeros de noviciado y de ordenación sacerdotal, los capuchinos Gabriel, Alfredo, Jesús María, Alberto, residentes en España, y al presente, misionero en Ecuador, Rodolfo Erburu.
Quede en las actas de esta Iglesia misionera de Aguarico este hermoso día festivo, celebrando sus últimos veinticinco años y brindo un sentido homenaje a su segundo obispo, así como el recuerdo del primero Mons. Alejando Labaka y de la Hna. Inés Arango, cuyas tumbas son veneradas en la catedral de Coca.
Hno. José Antonio Recalde