Martes 2ª semana Tiempo Pascual

Santa Casilda de Toledo

Primera lectura: Hechos 4, 32-37

Un solo corazón y una sola alma.
 


Salmo: 92, 1ab. 1c-2. 5

R/. El Señor es rey, está vestido de majestad.
 


Evangelio: Juan 3, 7b-15

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
—Ustedes deben nacer de nuevo. El viento sopla donde quiere; oyes su rumor, pero no sabes ni de dónde viene ni a dónde va. Lo mismo sucede con el que nace del Espíritu.
Nicodemo preguntó: —¿Cómo puede ser eso?
Jesús le respondió: —¡Cómo! ¿Tú eres maestro en Israel e ignoras estas cosas? Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto; con todo, ustedes rechazan nuestro testimonio. Si les hablo de cosas terrenas y no me creen, ¿cómo me creerán cuando les hable de las cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo, excepto el que bajó de allí, es decir, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, el Hijo del hombre tiene que ser levantado en alto, para que todo el quecrea en él tenga vida eterna.

 


Reflexión:

La propuesta de Jesús le resulta enigmática al maestro de Israel: le habla de “renacer”. Pablo precisará que no se trata de ningún proce so biológico sino cristológico (2 Cor 5,17). Renacer es incorporarsea la vida que Cristo nos trae en su resurrección y a la que nos incorporamos sacramentalmente por el bautismo y alimentamos con la eucaristía. La existencia cristiana exige ese renacimiento sacramental, pero real. El cristiano es un “renacido”, un “revestido”… Una criatura renovada y renovadora. El texto evangélico trasmite la respuesta de la comunidad joánica a la pregunta del judaísmo -¿cómo nacer de nuevo?-. El nacimiento salvador supone la apertura y la acogida de Jesús como el mesías, exaltado por Dios. Y eso solo lo inspira y posibilita el Espíritu Santo. El nuevo nacimiento no es un “regreso” al pasado sino un “ingreso” en el futuro.
 


Libro recomendado: Historia de "El Cristo de el Pardo"


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