Martes 5ª semana Tiempo Pascual 1ª del salterio

San Pío V

Primera lectura: Hechos 14, 19-28

Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medio de ellos.
 


Salmo: 144, 10-11. 12-13ab. 21

R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
 


Evangelio: Juan 14, 27-31a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
—Les dejo la paz, mi paz se la doy. Una paz que no es la que el mundo da. No vivan angustiados ni tengan miedo. Ya han oído lo que les he
dicho: «Me voy, pero volveré a estar con ustedes». Si de verdad me aman, deben alegrarse de que vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo. Se lo he dicho a ustedes ahora, por adelantado, para que, cuando suceda, no duden en creer.
Ya no hablaré mucho con ustedes, porque se acerca el que tiraniza a este mundo. Cierto que no tiene ningún poder sobre mí; pero tiene que ser así para demostrar al mundo que yo amo al Padre y que cumplo fielmente la misión que me encomendó.

 


Reflexión:

Continúa el discurso de despedida. Jesús promete su Paz y su modo de darla. No es como la del mundo ni como la da el mundo. Su paz no es mera ausencia, ni pacto. Él es la Paz. A continuación invita a superar el miedo. Su pasión y muerte no son un fracaso, sino el inicio de una nueva presencia y la culminación de su misión. Algunos las interpretarán como la victoria del príncipe de este mundo, pero es solo la prueba de su obediencia radical al Padre. Hay Paz y paz. La de Jesús quita los miedos. No es una paz de ausencias sino de plenitud. Es la paz de Dios, que nos viene con su Espíritu. Dios es la Paz que Jesús nos comunica en el Espíritu. Y desde ahí, la misión de vivir en la Paz y de ser sembradores y testigos de la Paz.
 


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