Justicia Universal: Un camino hacia la fraternidad...
Los días 24-25 de enero de 2.015 se reunió en Madrid el Capítulo de las Esteras que la Interfranciscana de Justicia, Paz y Ecología convoca cada dos años.
Asistimos unas treinta y cinco personas, religiosos y laicos, venidos de toda España.
Al final del mismo consensuamos este texto que os ofrecemos, conscientes de que hay muchas personas en el movimiento franciscano interesadas por los temas de Justicia y Paz.
1 El punto principal sobre el que se ha asentado nuestra reflexión ha versado sobre la Cultura Samaritana que no es sino la preocupación viva por el sufrimiento del otro.
Recuperar esta cultura, visualizarla, comprometernos con ella son cosas imprescindibles para que el Reino amanezca.
Animamos y nos animamos a superar la sensación de estar cómodamente situados en una cultura de desiguales.
2 No deja de estremecernos que en nuestra sociedad todo esté sometido a la economía: los valores, los sentimientos y hasta la misma religión. La primacía de la persona es el gran ideal.
Cualquier aportación, por humilde que sea a este anhelo, será una aportación al Reino.
3 Nos ha sorprendido la urgencia, ya conocida pero no menos viva, de recuperar el cristianismo originario que no es sino la certeza y la lucha por hacer que los pobres, que no cuentan en este mundo, tengan un sitio en el banquete de la vida.
Para ello la globalización de la solidaridad resulta imprescindible.
4 Para que exista un mundo sin primeros y sin últimos es necesario en fraternidad desconvocar el odio y rendirse a la justicia.
Eso supone un camino de conversión hasta ver en los ojos del necesitado los ojos de Dios.
5 Se nos ha hecho ver que no basta con indignarse sino que es preciso ir construyendo una forma de vida diferente.
No es fácil.
Tenemos que confesaros que el simple hecho de salir a la calle a repartir unas octavillas a favor de la justicia universal nos ha supuesto un pequeño esfuerzo. Pero mucho de la justicia se juega en el escenario social.
Hemos de animarnos a estar presentes en los afanes humanos.
De cualquier manera nos deseamos y os deseamos que la cultura de la indiferencia, de la que tanto habla el Papa Francisco, no se apodere ni de nuestros corazones ni de nuestras estructuras.
Capítulo de las Esteras 2015