David contra Goliat II

Miguel Ángel Cabodevilla OFMCap
David contra Goliat II

Hablábamos en el número anterior de una versión actual de la pelea mítica David frente a Goliat. Solo que la escena ahora es bien diferente a la del caso bíblico. Goliat es Texaco/Chevron, una de las principales petroleras de nuestro mundo. Una trasnacional poderosísima, con un presupuesto anual cinco veces mayor al del Estado donde se da la desigual lucha: Ecuador. Un gigante mundial.

Ni siquiera el Estado ecuatoriano, intimidado o comprado por el coloso, se atrevió a hacerle frente. En cambio, quienes se opusieron a él fueron un tropel de indígenas de selva y campesinos pobres, capitaneados por un pequeño equipo de abogados que creyeron en lo imposible: echarle un pulso legal al gigantón y derrotarlo. Gente insignificante, liliputienses frente al titán. Y no le tiraron piedras, ni utilizaron armas violentas, sino que intentaron llevarlo ante los tribunales de justicia. Así que, en esta ocasión David son muchos, aunque débiles. Más de 30.000 habitantes de la zona se unieron en una asociación que primero se llamó “Unión de afectados de Texaco” y luego, por necesidades para el juicio, “Frente de Defesa de la Amazonia”.

¿Saben cuánto dura esa batalla? ¡Veinte años! Es la más grande pelea legal que existe en nuestro mundo. Importante por el daño causado (el más grave conocido hasta hoy), por la compensación que se exige para la reparación del desastre natural y humano, pero también crucial porque es la primera vez que David es capaz de sostener tanto tiempo un pulso tan extraordinario aunque desigual. Se calcula que, en dos décadas de juicios, Chevron ha gastado ¡más de 1.300 millones de dólares en el proceso de juicios!; 2.000 personas (abogados, peritos, especialistas) ha contratado para su defensa.

Son cifran increíbles, parecen absurdas por exageradas. ¿Por qué habrían de invertir tales medios si, quizá con menos, habrían podido negociar con los afectados? Es que lo que está en juego no es solamente el caso ecuatoriano. En realidad, lo que se dirime en esos tribunales es toda la ejecutoria de esos grandes monstruos extractivos en cualquier lugar del mundo. Empresas petroleras, mineras, etc., que siguen operando en países, llamados de Tercer Mundo, con total impunidad, sin respetar las leyes de los Derechos Humanos y de la conservación ambiental que, en cambio, les obligan en sus propios países de origen. Si Chevron es condenado, es probable que los juicios por una mala explotación industrial se puedan multiplicar en otras partes del mundo, con empresas y prácticas semejantes. De ahí la resistencia del coloso y el empleo de todas sus armas.

No obstante los pequeños David han conseguido una primera victoria. Chevron ha sido condenada por tribunales ecuatorianos (donde ella quiso que el juicio se celebrara), sucesivamente en varias instancias, hasta un total de 9.500 millones de dólares. Pero los gigantes usan muchos trucos sucios. Chevron vendió todas sus propiedades en Ecuador antes de que pudiera ejecutarse la sentencia. De esa forma, David ganó, pero no puede cobrar nada. Así que se ha empeñado de nuevo en una batalla formidable, otra vez desproporcionada: seguir el rastro de los bienes de Goliat en otros países donde se pueda ejecutar la sentencia y así hacerle pagar en algo por todos los desastres causados.

Sus abogados recorren Europa, también otros lugares del mundo, en esa caza y captura del coloso astuto y estafador. Al frente de los pequeños luchadores está un abogado, hijo de los más humildes, que siempre suele defender su origen campesino y la ayuda que los capuchinos le prestaron para prepararse a esta batalla.

Miguel Ángel Cabodevilla

Los artículos más recientes de este autor están en nuestra revista "Capuchinos Editorial".
Puedes suscribirte a nuestra revista o adquiir los libros de este autor:
-Llamando al teléfono: 91-429.93.75
-O directamente a través de nuestra página web: www.capuchinoseditorial.org
-Sección del autor: Miguel Ángel Cabodevilla:
http://www.capuchinoseditorial.org/autor/4630/cabodevilla-iribarren,-miguel-angel

  • Compártelo!